Durante años las clavijas de afinación disponibles para el timple han sido de muy mala calidad. Desde el 2009 que empezamos a importar nuestras clavijas desde Taiwan muchos han sido los constructores y timplistas que aprecian la calidad de nuestras clavijas de afinación. El secreto está en que no existe contacto metal-metal en ningún elemento de nuestros clavijeros sino que están separados por una junta de plástico autolubricante. Disponibles en acabado dorado y cromado, con botones de plástico blanco o negro.
Se puede montar en palas de un grosor entre 6 y 15 mm.